jueves, 24 de mayo de 2007

Piensa en esto.

Cuando te regalan un reloj, te regalan algo que es tuyo, pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca.

Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días.

Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se te rompa.

Te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes.

No te regalan un reloj, tú eres el regalado.

"Extracto de PReámbulo a las instrucciones
para dar cuerda al reloj"
Julio Cortázar.

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